Locales
Dakar 2014
OBJETIVO CUMPLIDO
Bonazzola - Naivirt y la postal de un paisaje imponente
OBJETIVO CUMPLIDO
Bonazzola - Naivirt y la postal de un paisaje imponente
La inmensidad del océano Pacífico a la derecha, la cordillera de Los Andes a la izquierda y el rugido constante de la Toyota Hilux dominan la escena. Roberto Naivirt transita el camino a Valparaíso, por la costa, los últimos 256 kilómetros de enlace. Aminora la marcha, ya no necesita acelerar desesperadamente, y exclama “es increíble, soñado”. El paisaje es imponente y completa el cuadro: el Panadero de Del Viso acaba de terminar el Rally Dakar 2014 y desborda felicidad. Hace una hora que cruzó la meta con su navegante, Ricardo Bonazzola, entre llantos, abrazos y risas. El habitáculo de Lucho, la camioneta que lució el número 441, explotó de alegría y satisfacción. Se desahogó entre un manojo de sentimientos que todavía se perciben mientras dialoga con El Diario, en un alto en su camino hacia el podio. “Es increíble, es una mezcla de emociones tan grande que no se puede describir”, expresó el delvisense, que superó la competencia automotor más exigente y famosa del planeta.
Fueron 9.374 kilómetros desde Rosario, Argentina, hasta Valparaíso, en Chile. Unos 5.522 de competencia y velocidad pura haciendo camino por los lugares más inhóspitos del continente. “Tengo un montón de cosas en la cabeza: el esfuerzo de cuatro años, el apoyo de tanta gente verlo plasmado ahora, con este sueño hecho realidad. Me saqué una mochila de dos mil kilos de encima”, asegura Naivirt, que se dio el gusto de completar la carrera después de 3 intentos fallidos y cumplirá su promesa: regresará a Del Viso con la medalla.
Por poco
Terminó 57º en la clasificación general de la categoría autos. Pero en esta carrera y para estos pilotos, lo importante es llegar. De hecho, menos de la mitad de los participantes alcanzaron la meta: de los 154 autos que largaron, solo arribaron 62.
“Fue un Dakar durísimo, no hubo otro igual en Sudamérica, con muchos más kilómetros que otros años y etapas muy difíciles”, describió el delvisense, que estuvo a punto de abandonar en la anteúltima etapa, como en 2013. “Casi nos quedamos afuera en la Etapa 12. Rompimos el embrague en las dunas a falta de 10 kilómetros y estaban todos los fantasmas del año pasado dando vueltas. Pudimos salir a las 10 de la noche y terminamos, que era lo que veníamos a buscar”, relató.
Desgaste
Naivirt volcó dos veces en 2013 y lo maltrecho de su camioneta llamó la atención de los medios. Esta vez, con Bonazzola, llegaron más enteros. Sin embargo, el Panadero detalla por qué considero que este Dakar fue el más difícil: “No hubo ningún tramo que haya sido fácil ni tranquilo. Fueron etapas muy largas, durísimas, con muchó calor y dunas inmensas, increíbles. Nunca había visto algo así, fue un Dakar muy complicado, sobre todo para los que venimos atrás porque se nos hace 10 veces más difícil que a los de punta”.
También, explicó que “las últimas etapas fueron durísimas psicológicamente” y que las dificultades son mayores para los pilotos del fondo del pelotón, que deben combatir las pocas horas de sueño, correr contra el reloj, dormir en el desierto y atravesar caminos destruidos por el tránsito de los camiones. “Por eso los que estamos en el fondo tratamos de cuidarnos y nos ayudábamos cuando alguno tenía algún problema”, añadió Roberto.
Solo un susto
Roberto Naivirt rompió el embrague en la anteúltima y estuvo a punto de repetir la historia de 2013, cuando desertó a muy poco de la meta. “Veníamos bien hasta la anteúltima etapa. Fue terrible pero lo vencimos”, contó.
Historias
Socorros mutuos en el desierto
“Se armó un grupo de argentinos que nos cuidamos unos a otros. Tengo una buena relación con Demetrio (Lamtzev) y Omar Gandara, y tratábamos de salir juntos cuando se complicaban las etapas”, contó el Roberto Naivirt sobre el grupo de argentinos que corrieron en tándem durante el tramo final. “Tres días tuve que colaborar para que otros argentinos sigan en carrera. En una etapa Omar rompió un portamasa, otro día tuvo problemas con una rótula y cedí mis repuestos arriesgando a necesitarlos después y no tenerlos”, comentó sobre el sentido de solidaridad que prima en el Dakar y agregó: “después me tocó a mí. El día que rompí el embrague, Demetrio se quedó, me dijo ‘de acá salimos los dos o no sale ninguno’. Nos esperó, nos guió y fuimos despacio hasta que salimos de la etapa. Completamos la carrera y cumplimos el sueño”.
Diario Pilar Regional por: Por Fernando Morales f.morales@pilaradiario.com
Comentarios
Publicar un comentario